POLO NORTE MAGNETICO: CAMBIOS Y EFECTOS

Al hablar del Polo Norte, los científicos nos dicen que como un punto exacto de la superficie no existe. Ésto es debido a que existen dos Polo Norte, el geográfico que todos conocemos y el Polo Norte Magnético. La Tierra funciona como un imán gigante y como tal contiene dos polos magnéticos opuestos, el Norte y el Sur. Entre ambos polos se crean líneas de fuerza que siempre van cerradas. En nuestro caso esos polos no coinciden con las zonas geográficas del mismo nombre.




Hoy en día el Polo Norte Magnético de la Tierra está a unos 1.600 Km del Polo Norte geográfico. El norte magnético es el que marcan las brújulas, por lo que si nos pusiéramos con una de ellas en horizontal en ese punto, no dejaría de dar ueltas.




El problema con el que nos encontramos hoy en día es que el Polo Norte Magnético se está moviendo hacia el este, hacia Rusia a una velocidad de 64 Km por año, una velocidad mucho mayor que la que había en los años 50. Ésto puede deberse, entre otras teorías a los cambios que se están produciendo en el núcleo de la Tierra.

¿Y en qué nos afecta ésto a nosotros?

En principio en muchas cosas. La más visible es que puede que lleguen a Europa las tan bellas Auroras Boreales. Pero, estos cambios van mucho más allá. A nivel meteorológico sufriremos alteraciones. Si el cambio supusiera que de nuevo el Norte pasara a ser el Sur (entandamos que en términos magnéticos) todas la bobinas de electricidad de ordenadores, coches nuevos, etc...que están orientadas al polo norte magnético se verían anuladas, todos esos aparatos que hoy nos facilitan la vida y que se han vuelto casi imprescindibles, dejarían de funcionar.

Pero además, para los que creemos que todo y todos dentro de nuestra planeta y con él mismo estamos conectados, el cambio será mucho mayor, ya que cambiará la rejilla planetaria, y las personas estamos conectadas a ella a través del Hipotálamo. El Hipotálamo es el responsable de adaptar la vibración de la tierra a nuestras veloces vibraciones cerebrales (esas vibraciones se miden como ondas Alfa en el caso de la Tierra y como ondas Delta en el caso de nuestros cerebros).

Entre la magnetosfera y los campos magnéticos de nuestros cuerpos hay un equilibrio constante de energía, lo que nos mantiene vivos y sincronizados, permitiéndonos cambiar según las circunstancias del Cosmos. Entonces, si la Tierra está autorregulándose (bien por cambios en su núcleo, bien por los cambios en el Sol...), qué pasa con nosotros. Pues que también estamos en un proceso de autoregulación de nuestros propios campos energéticos. Por ello, los dolores de cabeza, sensación general de debilidad, dolores en el cuello, pecho, hombros y espalda, aunque, pueden ser catalogados dentro de muchas enfermedades leves, también pueden ser debidos al "Sindrome de Deficiencia Magnética" ( Dr. Kioyichi Nakagawa 1.976), que nos afecta cada vez que la Tierra debilita su Magnosfera.

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